Mario Domm, el genio escritor, el sensible, el excéntrico, el hombre que con sus letras fue bocanada de aire fresco en un mundo que se atrevía a anunciar la muerte del pop entre la avalancha de reguetones y otras música urbanas, apareció en el escenario y la histeria fue colectiva; la misma que ha despertado desde 2005, cuando fue la estrella de Camila, el grupo que entonces conformaba con Samu y Pablo Higuera.
Fueron varios millones de discos vendidos, muchos temas dedicados al oído de los enamorados, como Coleccionista de canciones, Abrázame, Mientes, Todo cambió, Aléjate de mí, Bésame... Estrellas como Alejandra Guzmán, Alejandro Sanz, Aleks Syntek... Todos querían estar a su lado. Y él, fiel a su compromiso, siempre al lado de Pablo, con quien a la postre revivió Camila (Samu se separó y se lanzó como solista), volvió a la escena tras dos años de silencio en los que se pensó que los egos, las disputas, el cansancio (las razones por las que siempre terminan separándose todos los grupos exitosos) habían sido los motivos de la disolución.
En México, en pleno centro del D. F., asistimos a un concierto íntimo en el que lanzaron Elypse, el álbum que marca el regreso, del que se escucha actualmente Decidiste dejarme y en el que hay otros temas que sin duda se convertirán en himnos de amor, perdón y despecho: Perdón, Quédate, Este momento, De Venus, Tu tiempo ya se fue, Me enseñaste a odiar, La vida entera, No hay vuelta atrás, Adicto al dolor, Lágrimas y Tú.
Hubo pánico entre los ‘fans’ porque creyeron que no iban a volver…
Mario Domm (MD): Sí; fueron dos años que al principio decidimos tomarnos para descansar y para alejarnos y tomar perspectiva, pero a los dos meses nos dimos cuenta de que las canciones empezaron a llegar y a llover como arroz. Y hoy, después de un año de escribir canciones y de grabar un disco, estamos de vuelta con un mensaje mucho más poderoso que en el pasado, con mucho más contenido, con mensajes muy diversos y con el alma en paz y tranquila para tomar el micrófono.
¿Cómo es ese nuevo Camila?
Pablo Hurtado (PH): Tansformado. Ya tenemos más canas, después de 9 años hemos aprendido muchas cosas, hemos crecido y venimos con muchas ganas. Como dijo Mario, hubo un cansancio fuerte terminando la gira anterior y necesitábamos ese break para encontrar las canciones. Este disco nos enorgullece muchísimo porque tiene mucha esencia y un poder muy especial.
¿Pero hubo duda de que iban a volver al escenario y a componer?
MD: Siempre hay duda. Acabando el primer disco hubo duda. Camila no somos un grupo que por tener contrato con una compañía disquera tiene que sacar un disco. Tienen que llegar canciones importantes, teníamos que tener un disco que valiera la pena, y mientras se acaba una gira y nace ese disco, la incertidumbre es horrible porque estás sin saber si volverás o no. Esta vez no fue la excepción e hicimos alrededor de 700 melodías y 40 canciones terminadas, para escoger las 15 más importantes y dejar en esta edición las 12 más fuertes. Nos quedó clarísimo que teníamos que volver porque teníamos algo nuevo qué contar.
El álbum se denomina ‘Elypse’, ¿por qué?
PH: Fue la representación de la transformación que tuvo el grupo siendo dos; y como una elipse se forma desde dos puntos equidistantes, quisimos que esto fuera un simbolismo de la amistad y el compañerismo.
¿Hay algún momento en el que se cree que se secó el pozo de la inspiración?
MD: Eso lo siento cada que hago una canción. Hay tiempos de sequía; ha pasado un año sin tener una canción y luego he escrito tres en un día. Te vas dando cuenta de que es una carrera de paciencia y la musa te agarra pero cuando estás trabajando; así que hay que sentarse en el piano, tener disciplina y buscar la melodía.
Mario, ¿qué le da Pablo a Camila?
MD: ¡La guapura! (risas). Pablo le da el equilibrio, toca la guitarra y les da un sentido de agresividad y de intensidad a las canciones; además de ser un compañero y una persona en la que confió.
La misma pregunta, Pablo: ¿qué le da Mario a Camila?
PH: ¡Muchísimo! Creo que Mario tiene un don para componer canciones y tiene muy claro, como productor, qué quiere lograr.
¿Por qué se separaron?
MD: Todo exceso siempre es negativo. Nos faltó tener un poco de equilibrio; tuvimos muchos conciertos, fueron 300 por cada gira y fueron dos giras sin parar. El alma se cansa, te dan ganas de volver a casa y de volver a besar a tu madre, ver a tus amigos y conocer a sus hijos que nacieron hace cuatro años y nunca los pudiste conocer. Cosas tan simples que ahora nos damos cuenta de que son importantes y las teníamos completamente olvidadas. Nos dimos el tiempo para retomar esas cosas tan simples, y eso es tocar nuevamente el suelo y la raíz. Eso nos dio inspiración y silencio para hacer este nuevo disco.
Mario se fue a Asia, pensó, recapacitó. ¿Qué paso en la vida de Pablo en esos 2 años?
PH: Me mudé a Los Ángeles, abrí mi estudio de grabación... creo que fue un cambio grande en mi vida. Me di tiempo para estar con mi novia y recargar las pilas.
Desde el primer disco se convirtieron en un éxito. ¿Ese éxito se puede convertir alguna vez en enemigo?
MD: No me gusta repetir esa palabra porque pesa mucho y la gente empieza a esperar más de ti. Eso cansa, y más como autor. Tuve un tiempo de sequía antes de escribir este disco y me di cuenta de que tenía que olvidarme de la persona que dicen que soy y empezar como autor virgen y escribir sin darle gusto a nadie más que a mi alma y al juez más poderoso que tengo dentro, que soy yo mismo.
Cómo tener la seguridad de que es una figura importante en el grupo cuando a veces se habla mucho de Mario por ser el que más compone...
PH: Es obvio que la tensión tiende a girar en torno a los cantantes. Mario, como compositor, ha trabajado con muchos más artistas, y en la vida personal también estuvo muy asediado por los medios. En mi caso, me he sentido tranquilo porque he tenido una vida como más normal, y estoy seguro de lo que hago dentro del grupo, de mi trabajo como arreglista, como guitarrista y como autor también. Así que yo estoy seguro con lo que hago dentro del grupo y no estoy aquí para buscar la fama ni los chismes.
MD: Además, no sabes cómo envidio la vida de Pablo. A veces digo: ‘¿Por qué no fui guitarrista? (risas)’. A veces es pesado tener la carga vocal; de repente el instrumento es tan sensible, la voz, que te trasnochas o te da un catarro y estás raspado, averiado y tienes que seguir, por eso siempre digo que soy un actor al que obligaron a cantar.
Hace un tiempo se hablaba, por el surgimiento de tantos nuevos géneros musicales, de la muerte del pop...
PH: Desde el principio nuestra música fue bien aceptada por la radio y por la gente. Hablar de música pop es un término demasiado amplio porque engloba muchos estilos musicales y hay música pop con tintes de rock o totalmente electrónica, y creo que el pop simplemente es popular, es algo que es del gusto de la gente. Dentro de eso creo que nosotros siempre nos hemos enfocado en hacer canciones y arreglos que tengan sustancia, que no sean superficiales ni efímeros, canciones que valgan la pena y que tengan algo importante qué decir.
MD: Y al mismo tiempo buscar el equilibrio, que no sean letras complicadas. Nos gusta contar una historia. Lo más complicado es ser directo y sencillo, por eso somos muy cuidadosos a la hora de poner cada palabra.
¿Es más fácil componer desde el dolor?
MD: En realidad me parece complicado escribir cuando hay ruido. Esté feliz o esté triste, si hay silencio y logro escucharme, habrá una buena canción naciendo de pronto.
¿Y cómo llegan las canciones, hay unmomento específico?
MD: Hay un misterio que me niego a resolver, no tengo ni idea. Siempre digo que la musa viene cuando estás trabajando. Soy una persona disciplinada que se sienta en el piano al menos dos horas diarias a buscar.
¿Hay fórmulas para que una canción o una letra sea un éxito?
PH: No creo que haya una fórmula; quizás sí hay ciertas estructuras que se vuelven muy repetitivas y que pueden considerarse una fórmula, pero a lo largo de la historia hemos visto que esas canciones que rompen con las fórmulas se convierten en éxitos mayores.
Pablo, en tu caso, que no estás tan metido en las letras, ¿qué te mueve a escribir?
PH: Hay cosas que de repente estoy viviendo y que surgen en forma de melodías y letras... creo que las canciones que he escrito han sido de forma totalmente introspectiva, autobiográfica. No escribo pensando en la historia de alguien más, sino que hay momentos; por lo general han sido momentos de bajón (risas). Tal vez cuando estoy muy feliz no me pongo a escribir una canción de lo feliz que estoy.
MD: Algo bonito de Pablito como autor es que tiene un filtro superfuerte y no es una persona que llega con 500 canciones y sabe que hay una buena. Pablito siempre que escribe mete gol, y eso me gusta.
¿Cómo se sabe que una canción ya está lista?
MD: Hay varias capas: cuando uno la escribe y está completamente desnuda en piano y voz. Me parece que si en esa etapa no se te quita el pudor, es que la canción no es buena.
¿Puede cambiarse el mundo con una canción o con una letra?
PH: Quiero pensar que sí. Hemos tenido la suerte de que algunas de nuestras canciones han sido importantes para gente en momentos claves de su vida, y cuando nos lo hacen saber nos sentimos afortunados de que algo que nació en un cuarto de ensayo o en una cámara se volvió importante para ellos.
¿Qué tanta falta les hizo el aplauso durante estos años?
MD: Más que el aplauso, porque eso es un alimento para el ego, me parece que eran las ganas de contar esta nueva historia.
PH: Diría que más que el aplauso, la sensación tan increíble que se siente cuando estás arriba de un escenario y escuchas a la gente cantar. Toda esa energía que se vive ahí sí se extraña.
¿Mirando los comienzos, hay cosas que hoy les parecen ingenuas?
MD: ¡Muchas! Seguimos siendo personas comunes y corrientes y somos humanos. Que tengamos un micrófono ahora, un disco y una compañía que nos apoya no nos impide equivocarnos en todo momento, y creo que eso vale la pena; vale la pena hacerse humano y no despegarse de ello.
PH: Además la ingenuidad es ‘padre’ porque, por ejemplo, para mí la primera gira de Camila fue la primera gira en mi vida, y vi todo con ojos frescos.
¿De estos 12 temas de ‘Elypse’, cuáles son a los que ustedes les apuestan?
PH: Le tengo mucha fe al último track del disco, que se llama Fe, y no porque piense que va a ser un hit de radio, sino porque cuando la gente lo escuche va a encontrar una riqueza musical de la que me siento muy orgulloso de ser parte.
MD: Y yo igual. Creo que esa canción es como una pintura hecha por Pablo y por mí y por mucha gente que se involucró en ese track. La parte lírica pareciera que se pudiera cantar a alguien más, pero fue construida y pensada para que se la cantes a tu mente, que es la loca de la casa, que no se calla, y me parecía que después de sufrir tanta ansiedad, y tanto futuro y tanto pasado y olvidar el presente, era importante decirle a la mente ¡stop!
¿Qué es Colombia para Camila?
PH: Es un país muy querido. Además, hemos estado en varias ocasiones en concierto y en promoción y siempre recibimos una energía de un público muy cálido que nos escucha y nos recibe con los brazos abiertos. Para nosotros es un país muy querido.
¿Les podemos decir a los ‘fans’ que hay Camila para rato?
MD: ¡Claro que sí!
¿Cuándo los esperamos en Colombia?
MD: Este año, sin duda. Vamos en agosto a hacer promoción y a tener ese contacto con la gente de Colombia, pero a concierto, en octubre o noviembre, en Bogotá.
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Foto: Revista Elenco Colombia |
Fuente: Revista Elenco
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